Entrevista a Santiago Masetti: Viaje de estudios, de lucha y de suerte

Posted on Saturday, March 21, 2009 - 0 comments -

“En Argentina, la Universidad está abierta a la sociedad, en cambio, en Cuba ocurre lo contrario, es la sociedad la que se abre hacia la Universidad.”, dijo Santiago Masetti, estudiante argentino en la Universidad de Cuba quien mediante el sistema de becas cubano tiene la oportunidad de vivir la experiencia que siempre anheló: hallarse bajo un sistema socialista, por el cuál viene luchando desde hace tiempo.

- Contame un poco cómo se te presentó la oportunidad de ir a estudiar a Cuba.
S. M. - En realidad, desde que me enteré del sistema de becas que otorgaba el gobierno cubano, me dieron ganas de vivir esa experiencia. Entonces mandé una carta a la embajada de Cuba y luego de un año y medio de espera, me dieron la respuesta positiva. Me pidieron que tenga el secundario completo, que me haga diferentes exámenes médicos y que mande una carta de buena conducta de la policía. Cuando yo mandé la carta, pedí primero Periodismo pero ese año no dieron beca para Periodismo. Como segunda opción pedí Ciencias Políticas, pero como en Cuba no existe esta carrera sino que es más bien un postgrado que se realiza después de cualquier carrera, no la pude hacer. Y en tercer lugar había pedido Historia, que es la que estoy estudiando y la verdad es que estoy muy conforme con lo que me tocó. Me gusta mucho lo que estudio y eso me parece que es lo más importante.

- ¿Qué fue lo que te llevó a tomar esta decisión?
S. M. – En primer lugar, yo veo a Cuba como un país paradigmático en lo referente a la auténtica representación de la dignidad y la justicia social. Ni en este país, ni en el resto del continente se puede hablar de independencia política, ni de equidad; temas de los que, en el caso de Cuba, no sólo se podría conversar largo tiempo sino que se lo puede corroborar en la realidad. Cuba es un país que, después de sufrir tantos años de colonialismo español e imperialismo norteamericano, mantiene un sistema basado en la justicia social y la unidad, con un esfuerzo enorme de parte del conjunto del pueblo cubano. Entonces, mi decisión se debió, sobre todo, a las ganas de vivir en carne propia el proceso revolucionario cubano y bajo un régimen socialista de gobierno, que es por lo que vengo luchando desde hace mucho tiempo. En verdad, no tardé tanto tiempo en tomar la decisión de irme como en asumir que iba a tener que estar lejos de los amigos, la familia. Eso fue lo que más me costó.

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Me imagino que te habrás hecho amigo de otros estudiantes provenientes de distintos países, que también fueron becados ¿no?
S. M. – Sí. Es muy interesante el hecho de estar conviviendo con chicos de diferentes nacionalidades, porque te permite no sólo aprender cosas de la realidad cubana sino aprender cosas de la realidad chilena, ecuatoriana, hasta de EE.UU. mismo, de Asia, de África. Por ejemplo, yo aprendí mucho acerca de un montón de movimientos que existen en América Latina que desconocía y de las experiencias de militancia de cada compañero que cuenta lo que pasa en su país. Es muy enriquecedor, y muy divertido también. Además, yo cuando era chico viví un año en Cuba y creo que también voy a buscar una cosa bien personal, bien mía que creo que he encontrado y en el transcurso de estos años espero seguir encontrando.

- Teniendo en cuenta que vos también estudiaste en la UBA: ¿Qué diferencias encontraste entre la Universidad cubana y la Universidad de Buenos Aires?
S. M. – En Argentina, la Universidad está abierta a la sociedad, en cambio, en Cuba ocurre lo contrario, es la sociedad la que se abre hacia la Universidad. La UBA es una Universidad abierta a la sociedad dentro de la cuál sólo un grupo selecto de la población puede tener el privilegio de estudiar y recibirse. A diferencia de la Universidad cubana, que es la Universidad del pueblo. Es decir, es la sociedad la que se abre para entrar en un lugar al que pueden acceder todos. Allá, el que no estudia es porque no le interesa. Puede ir desde el hijo de un funcionario público hasta el hijo de un herrero. Además, allá es mucha más la cantidad de graduados que acá, que son muy pocos los que tienen la suerte de poder terminar la carrera.

- Más allá del conocimiento adquirido en la Universidad cubana ¿Qué cosas aprendiste en el transcurso de tu estadía en Cuba?
S.M. - Aprendí a valorar más los diferentes modos de vida de otros pueblos, fui conociendo cómo se fueron dando las evoluciones históricas de las diferentes culturas, pude apreciar las distintas perspectivas de otras personas de nacionalidades diversas. Creo que eso me sirvió mucho.

- Como ciudadano de la isla: ¿Podrías hacer un pequeño relato de cuál es en este momentos la situación real del pueblo cubano a nivel político, económico y social?
S. M. - Después de 47 años de producirse la revolución cubana, a inicios de los noventa, con la caída de la U.R.S.S. Cuba sufrió un período de quiebre dentro de la economía nacional e internacional. De un día para el otro, se quedó sin el 80 % de los mercados que venía manteniendo hasta el momento. Entonces, para poder sobrevivir, tuvo que implementar medidas que a pesar de que no eran de carácter socialista (como por ejemplo: el turismo, las empresas mixtas), permitieron que el país saliera a flote. Aquí comienza el denominado “período especial”, en el que los cubanos tuvieron que acostumbrarse a vivir de manera más apretada (comer todos los días lo mismo, no tener llegada a diferentes artículos de limpieza, material escolar, etc). Recién ahora el cambio se está viendo y se está consiguiendo salir de ese período especial. En lo social, lo que trajo el período especial fue, dentro de las generaciones más jóvenes de Cuba, un desacuerdo con las políticas del gobierno cubano. Entonces, debido al turismo y a la entrada de dólares que antes estaba prohibido, cambiaron las relaciones sociales.

- En lo referente al futuro de Cuba: ¿Cómo lo imaginás?
S. M. - No muy diferente que el de ahora. Creo que a la revolución, por más que tengan un plan meticuloso y aunque hoy o mañana le llegara a pasar algo a Fidel, jamás la van a poder tirar para atrás porque es algo histórico que se viene sosteniendo con el esfuerzo del pueblo cubano y es difícil que de un día para el otro se derrumbe.

-¿Cuáles son los problemas / necesidades más significativas del pueblo cubano?
S. M. – Hay muchos problemas de vivienda, por ejemplo: las parejas que se casan tienen grandes inconvenientes para conseguir una casa. También hay problemas de transporte... Pero, por otro lado, a pesar de que la gente se queja por la carencia de cosas materiales, apoya a Fidel, reivindica la revolución y se siente orgullosa de ser cubana. A lo mejor uno nota el contraste entre la libertad de consumo que hay acá, que de todas maneras es relativa, pero cuando hablás con un cubano y le contás que acá te tirotean por dos pesos, ellos no lo pueden creer.

- ¿Creés que el Socialismo puede sobrevivir a Fidel?
S. M. - A mí me parece que Fidel es la historia del poder del siglo veinte en América Latina. Además de que lo considero un hombre brillante, que seguramente se imagina lo que puede sobrevenir en Cuba, en el caso de que la suerte no esté de su lado. Además, si en algo es especialista él es en predecir qué van a hacer los gringos. Por eso, si bien algunas cosas seguramente se van a atenuar, no creo que el proceso revolucionario cubano se termine con él.

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